Marketing de influencers: el precio de no hacerlo bien
El marketing de influencers no es algo que podamos catalogar de novedoso, desde luego. Siempre han existido anuncios y campañas en torno a prescriptores. Solo que ahora han cambiado de medio: de los offline habituales (y en los que aparecerán sin duda si la campaña pretende reforzarse en otros canales) al online, que es el medio nativo de estos prescriptores mercenarios bautizados con el neologismo anglosajón de turno.
El marketing de influencers es ese tipo de estrategia que influye en una audiencia gracias a la relevancia oportuna y adecuada al sector de dicho prescriptor. En los años 50 en España, Carmen Sevilla te recomendaba Philips, y hoy en día Kylie Jenner te recomienda unas Puma. Como suele decirse, no hay nada nuevo bajo el sol.
Quizás uno de los factores que siempre han influido en este sentido es el alcance, puesto que ahora las redes sociales permiten que se haga un efecto más global al aumentar la dispersión y la capacidad para llegar allí donde haya Internet y un buen acceso a las Redes Sociales. Las cifras en estos casos lo apoyan, aunque no faltan detractores que muestran pruebas bastante contundentes.
Con todo esto pretendemos incidir en que el marketing de influencers es una ciencia todavía infusa, con un retorno de la inversión difícil de medir, puesto que hay que cotejar su impacto, la audiencia que tienen, la veracidad de las cuentas seguidoras, el recuerdo del producto, pero al parecer, funciona. Con esto no queremos desanimar a recurrir a este tipo de estrategias sino a no dar por hecho que el Mareketing de Influencers por ser «nuevo» (ejem, Carmen Sevilla, ejem), no tiene por qué ser más efectivo. Ni barato, que no lo es, en absoluto. No olvidemos que los nativos digitales saben muy bien moverse en este entorno y la palabra «caché» es de las primeras en aprender, en cuanto alcanzan el primer centenar de miles de seguidores.
Lo bueno de los influencers es que la mayoría son transmedia, pueden usar desde su canal nativo hasta sus propias redes sociales donde multiplican la audiencia y se puede recurrir a más estrategias distintas con las que monetizar y sacar todo el jugo al potencial determinado. Sin duda las redes más solicitadas son Instagram y Youtube para este tipo de campañas y su alcance puede multiplicarse, pero siempre con una medición lo más apurada posible. Pero lo que sí se puede destacar es que prácticamente hay un influencer para cada tipo de marca y por ello debemos saber elegir muy bien el tipo de influencer que queremos para el producto en cuestión o darnos un severo batacazo.
Existen plataformas con las que trabajar con los influencers y consultar perfiles en modo agencia para buscar los que encajen mejor con tus pretensiones, presupuesto y formato.
No todo el campo es orégano, desde luego, pero en el mundo del marketing de influencers, desde luego, elegir bien, proponer una campaña creíble y potente, con una buena difusión y un mensaje lógico y adecuado puede funcionar incluso en el mundo PYME.
Quizá, lo más importante, es no dejar que el brillo nos obnubile y anule estrategias que siempre han funcionado en pos de algo «más moderno» pero que a lo mejor no nos conviene, y ser lo suficientemente valientes como para apostar por ello llegado el caso.